Se recomienda el riego antes de que salga el sol, puesto que de esta manera se ahorra agua. A esas horas la evapotranspiración es muy baja debido al frescor reinante. El agua que echemos será aprovechada al máximo por las plantas.

La planta tiene el agua disponible cuando más la necesita. Cuando el sol comienza a calentar por la mañana, la mayoría de las plantas aumentan su actividad metabólica hasta llegar a un máximo a media mañana, su necesidad de agua a estas horas es máxima.  Luego, si el calor es excesivo, ésta decrece y cierran sus estomas para no perder agua en exceso. Por la noche, sin luz solar, la actividad metabólica también es baja y casi no necesitan tomar agua del suelo.

Además, no se crea un ambiente húmedo por mucho tiempo, lo cual favorece a los hongos, algunos de ellos patógenos (esto es, que producen enfermedades).