Las emociones también se cultivan en tu huerto
Cultivar tu propio huerto es fundamental para la salud, no solo externa sino también interna. Darle vida a la vida proporciona un placer intrínseco que ahora se llama inteligencia emocional.
Este concepto no es más que disfrutar de ti mismo y de tu tiempo con las personas que más quieres, realizando una actividad común como es la de cultivar tus propias hortalizas.
Como las verduras, las emociones y los sueños visten cada aspecto de nuestras vidas y de nuestra cotidianidad con colores y texturas diferentes. El saber controlarlos, gestionarlos y utilizarlos con la habilidad adecuada, nos permite afrontar la vida de una manera mucho más cómoda. El huerto es un canal por el cual puedes orientar todas estas emociones repercutiéndote positivamente a tu salud y tu felicidad.
Además, una buena gestión de las emociones, pensamientos y acciones, nos pueden dar pilares fundamentales para afrontar situaciones complejas. Por ello, cultivando tu propio huerto no es solo una satisfacción inmediata a la hora de cosechar tus verduras, sino que es una inversión para ser feliz en la vida.
Si todos queremos afrontar la vida de una manera eficiente ¿No es pues imprescindible que los más pequeños de la casa se inicien también en el aprendizaje de la Inteligencia Emocional cultivando sus verduras? Esto puede ayudar a controlar sus emociones, reconocer emociones básicas, aprender a escuchar, desarrollar empatía, conocer la importancia de la naturaleza en la vida y abrirse a la expresión de las emociones.
En definitiva, pasar tiempo entre familia y amigos cultivando tus propias verduras, es una excelente opción para cultivar y aprender las emociones de la vida.
¡A ser felices hortelanos! Ü