Mermelada de cebolla roja
Esta mermelada es ideal para acompañar carnes de res o de cerdo a la parrilla o a la brasa, con paté de hígado, sobre un pedacito de queso manchego o sobre queso de cabra suave.
Puedes usar cualquier tipo de cebolla roja, nosotros para ésta receta utilizamos cebollas rojas de Buenavista que se destacan por su dulzura, es reconocida por su alta calidad y goza de un alto prestigio en la zona. Suele encontrarse solo en ésta región y es vendida directamente por el agricultor, aunque algunas veces se pueden encontrar en los mercadillos aledaños.
Así que esta mermelada es toda una delicadeza y un lujo. La degustaremos con mucha calma y acompañada de un buen vino tinto canario.
INGREDIENTES:
1 kg. de cebollas rojas
80 a 100 gr. de mantequilla
2 cucharadas de azúcar morena o azúcar moscabada
1 cucharadita de semillas de anís (matalahúva, matalauva o hierba dulce)
1 cucharadita de semillas de hinojo
200 ml. de vino tinto de tu elección
1 cucharada de vinagre balsámico
1 cucharadita de miel
sal y pimienta negra a tu gusto
chili en escamas o pimienta cayena a tu gusto
3 frascos de mermelada limpios con su tapa
PREPARACIÓN:
Lava, pela y corta las cebollas en julianas. Sécate las lágrimas de vez en cuando y cuida que no caigan en la tabla de cortar. Sigue chillando hasta que termines con el último cachito y sal corriendo al baño a echarte mucho agua fría en los ojos. Verás como la nariz se te puso roja y grande como una berenjena. No importa, cuando la mermelada esté lista ni te acordarás de lo que lloraste por ella …
Vuelve a la cocina y muele en un mortero las semillas de anís y las de hinojo. Reserva aparte.
En una olla grande derrite la mantequilla y agrega la cebolla. Déjala cocinar a fuego medio y destapada hasta que esté traslúcida. Añade el azúcar moreno y revuelve. Agrega el vino tinto, el vinagre balsámico y las semillas molidas de anís e hinojo. Deja cocinar a fuego lento por una hora o hasta que veas que todo el líquido se ha absorbido por completo. Condimenta con sal, pimienta y chili en escamas a tu gusto.
Por último añade la miel y rectifica la sazón.
Vierte la mermelada aún caliente en los vasos de mermelada. Tápalos y los dejas enfriar por completo antes de llevarlos a la nevera.
Esperamos la disfrutes mucho.