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10 pasos para el perfecto cultivo de pimientos

Plantar pimientos es posible incluso en climas fríos. La clave es seleccionar variedades antiguas adaptadas a tu zona que harán que el fruto salga rápido y madure justo antes de que vengan las primeras heladas y debiliten la planta.

Los pimientos son de la familia de las Solanáceas, género capsicum. Son nativas de América central y América del sur, pero se han expandido por la mano del hombre por todo el mundo. Y están divididos en el consumo humano en dos grupos: Dulces o Picantes. Todos los pimientos difieren en condiciones físicas, grosor, fibrosidad y dureza, redondez, largura… cada cual con sus especificaciones y cada cual con sus ventajas para comer crudo, frito, asado…

Los pimientos picantes son comúnmente llamados chilis o chiles, son picantes porque han generado un componente llamado capsaicina para evitar ser devorados (con la mala suerte de que nos encantan) El nivel de pungencia (picantosidad) está medido por la Escala Scoville, desarrollada por Wilbur Scoville en 1921.


pimiento


10 CONSEJOS PARA CULTIVAR PIMIENTOS


De pequeño no nos gustaban los pimientos a la mayoría, también pasa que la mayoría de las familias solo cultivan un tipo de pimiento y suele ser medio amargo porque lo cosechan aún verdes y claro intenta darle a un niño pequeño una fruta verde y amarga. Lo interesante en los pimientos maduros es que el color cambia a rojo, naranja o amarillo dependiendo de la variedad y la pungencia y el amargor se va para dejar un sabor dulce y afrutado muy agradable. Normalmente en climas cálidos esto no llega a suceder por lo corto de la temporada.


Desde que aprendí a cultivar pimientos incluso en climas fríos, no puedo parar de probar diferentes variedades, colores, sabores y texturas, incluso experimentando con la zona 5 en permacultura.


1.-Selección: Elige variedades que maduren rápido y estén adaptadas a climas fríos, esto significa principalmente no que aguanten heladas que es muy raro o imposible si no que maduren antes de la primera helada que matará la planta. 2.- Empieza los semilleros antes: Esto es básico si empiezas desde semilla, yo experimenté con muy buenos resultados poner los semilleros en el sótano (un sótano con luz solar tenue y lámparas de crecimiento) está frío y las semillas crecerán muy despacio, pero estoy consiguiendo plantas robustas, sanas y se adaptan muy rápidamente al exterior. Añade un par de semanas de adelanto a la planificación de los semilleros para usar esta técnica. La mayoría de los pimientos germinan entre 7 y 10 días alrededor de los 24ºC. A bajas temperaturas será más tiempo, si las mantienes en remojo un par de días y luego las metes en la tierra, acelerarás un poco el proceso, una manta eléctrica debajo también acelerará el proceso, pero lo ideal sería que la quitaras en cuanto veas que germinan, para que no se acostumbren pero déjales la lámpara de crecimiento a unos 6 centímetros. Cuando hayan desarrollado las hojas verdaderas transplántalas a un cubículo de unos 10 centímetros de profundidad o más para que desarrollen unas buenas raíces.


3.- Fertiliza: Dales de comer un buen fertilizante ecológico desde que las semillas desarrollen las hojas verdaderas, úsalo con cuidado o se pueden quemar, así que diluiremos a la mitad lo recomendado para una planta adulta, té de compost o humus líquido sirven fantásticamente.


4.- Piensa donde vas a plantar: A los pimientos les gusta el calor, elige un sitio con buen drenaje que reciba al menos entre 6 y 8 horas de sol por día. Prepara bien el sitio, asegúrate de que está sano el suelo y bien lleno de nutrientes.


5.- Espera a un día cálido: Los pimientos son de clima cálido, eso no lo podemos negar, por mucho que nos empeñemos y busquemos la manera de plantarlos donde vivimos, transplantarlos muy pronto en un día frío, así de golpe puede estropear las plantas afectando al desarrollo de la posterior cosecha. Normalmente yo espero a 2 o 3 semanas después de la última helada.


6.- Quita las primeras flores: Puede que te encante ver que la planta se está preparando ya para desarrollar los primeros pimientos incluso en los semilleros. Pero, si las quitas a tiempo la planta se desarrollará en cuerpo y raíces un poco más lo justo para que merezca la espera, que se pagará con plantas sanas y una cosecha más abundante.


7.- Al transplantar los plantones a la tierra: Intenta que sea un día nublado, para que no tengan a Lorenzo evaporándoles el agua de las hojas. Si la tierra está muy seca, riégala abundantemente el día antes. Dependiendo de la variedad lo ideal sería dejar entre 45 y 60 cm entre cada planta, plantarlas muy juntas puede ayudar a que la frondosidad de las hojas protejan al pimiento de quemaduras del sol. Cava los hoyos un poco más profundos de la bola donde empiezan las raíces, para indicarle a la planta que haga más raíces en la base. Riégalas bien después de plantar. No olvides de fertilizar bien con humus de lombriz o algo parecido de liberación lenta.


8.- Agua: Mima a tus plantas hasta que se acostumbren a su nuevo medio. Mantenlas bien regadas hasta que desarrollen nuevas hojas. Una vez que se establezcan, riégalas solo una o dos veces a la semana cuando veas que el suelo está seco.


9.- Acolchado: Acolcha la tierra con hojas secas o paja, para ayudar a mantener la humedad. Mantén el acolchado a unos cuantos centímetros de la planta para que no pudra y estropee la planta, además así tendrá que estirar un poco más las raíces para conseguir la humedad.


10.- Cosecha: Los pimientos se puede cosechar a cualquier estadío del crecimiento, pero su sabor verdadero no se desarrolla hasta que están bien maduros. Coge los dos primeros pimientos de cada planta aunque estén verdes, así la planta se esforzará en crear muchos más en la mejor época de crecimiento al notar que los ha perdido. El resto de los pimientos recógelos cuando estén amarillos, naranjas o rojos. Los que no hayan cambiado de color del todo los puedes dejar en la cocina a temperatura ambiente y terminarán de madurar. Recógelos antes de la primera helada o se estropeará la fruta también. Los pimientos se han usado tan ampliamente a lo largo de la historia que ahora se le conocen usos para comer crudos, secar, rellenar, asar, fermentar, salsa, purés. Ahora que sabes como puedes cultivarlos en casi cualquier zona fría merece la pena experimentar con todo lo que nos pueden ofrecer las variedades de tu entorno.



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