Semillas de sandía: beneficios, propiedades y cómo comerlas
La sandía es una de esas frutas tan deliciosa como nutritiva y sumamente refrescante, ideal en los meses de verano para ayudarnos a mantenernos correctamente hidratados durante un día de calor, a la vez que aporta interesantes cualidades nutricionales y muchísimos beneficios para nuestra salud. De hecho, basta con echar un vistazo a cuáles son los beneficios de la sandía más importantes para percatarnos de ello: es muy rica en agua, nos hidrata y remineraliza, es muy rica en licopeno (un nutriente con gran poder antioxidante), aporta muy pocas calorías y grasa, ayuda a depurar el organismo y estimula la diuresis de forma totalmente natural.
Es una fruta de temporada propia del verano, de ahí que sea común encontrarla en el mercado sobre todo entre los meses de junio a agosto, pudiendo ser algo más complicado adquirirla a partir del mes de septiembre. Como de buen seguro sabrás, también se la conoce con otros curiosos nombres, tales como melón de agua, melancia o patilla.
En su interior, además de sus interesantes beneficios ya mencionados en las líneas anteriores, nos encontramos con unas semillas de pequeño tamaño y color oscuro que más bien tiende a ser marrón tirando a negro, y sobre las que –de hecho- no percatamos tanto. ¿Sabías que aportan interesantes propiedades para la salud? Pasamos a descubrir algunas de sus cualidades más importantes.
Beneficios de las semillas de sandía
1. Laxantes naturales
Las semillas de sandía son muy ricas en fibra dietética, de manera que son una opción ideal en caso de estreñimiento ocasional, gracias a que ayudan a regular el tránsito intestinal al estimular la motilidad intestinal de forma completamente natural.
2. Excelente acción diurética
Al igual que ocurre con la sandía, sus semillas ejercen una interesante acción diurética, de manera que son ideales a la hora de depurar nuestro organismo y ayudarnos a eliminar las toxinas acumuladas.
Son buenas para los riñones, ya que estimulan las distintas funciones renales. De ahí que se conviertan en una opción ideal a la hora de depurar los riñones y como tratamiento natural en caso de hipertensión arterial, cálculos renales (piedras en los riñones) y retención de líquidos.
3. Muy ricas en antioxidantes naturales
Como ocurre con la sandía, las semillas son muy ricas en nutrientes antioxidantes. Mientras que la sandía es sumamente rica en licopeno (que también encontramos en otros alimentos, como por ejemplo es el caso del tomate), sus semillas aportan interesantes cantidades de magnesio y zinc.
Como de buen seguro sabrás, tanto el zinc como el magnesio son dos minerales que ayudan a la hora de reducir la acción tan negativa de los radicales libres.
4. Maravillosa fuente de energía
Mientras que la sandía es una fruta muy baja en calorías, ya que 100 gramos de sandía aportan sólo 20,3 calorías, sus semillas son tremendamente energéticas, de manera que se convierten en una opción ideal para cuando necesitamos un aporte extra de energía.
De hecho, 100 gramos de semillas de sandía aportan 555 calorías.
Cómo comer las semillas de sandía
Las semillas de sandía consumidas en exceso pueden causar problemas digestivos y estomacales. Por tanto, en primer lugar se recomienda consumir sólo un pequeño puñadito de estas semillas al día. Precisamente para evitar estas molestias es más aconsejable molerlas antes de consumirlas.Además, dado que debido tanto a su tamaño como a su revestimiento interior, pueden pasar por nuestro tracto digestivo sin ser procesadas, para disfrutar de todas sus propiedades es conveniente masticarlas bien antes de ingerirla