Las propiedades de la menta
En un huerto urbano de campo la podemos tener en una zona limítrofe del mismo, mientras que en uno de terraza o jardín, bastará con una o dos macetas para cubrir el consumo durante gran parte del año. Recordemos que durante los meses fríos del año pierde prácticamente toda su parte aérea.
El género Mentha, perteneciente a la familia de las Lamiaceas, agrupa un importante número de especies como son la Mentha piperita, Mentha spicata… aromáticas y culinarias tan populares en tantos y tantos jardines. Todas ellas mantienen particulares aromas e incluso sabores. Será el gusto particular de cada uno el decantarse por una u otra espcie.
La menta es una hierba comestible muy apreciada por su aroma refrescante y es bastante utilizada como condimento en la cocina. Vía industrial, sus extractos se incluyen en diversas líneas de productos bucales y alimentarios.
Su consumo directo nos produce una sensación de frescor bucal y en vías respiratorias. También, su aroma es un estimulante del apetito.
De la destilación de la menta a nivel industrial, se extrae un aceite esencial rico en mentol (alcohol que posee un efecto refrescante sobre las mucosas y mantiene propiedades antipruriginosas y antisépticas). Este ingrediente es muy valorado comercialmente y muy utilizado industrialmente en ámbitos de la producción de alimentos como golosinas, lociones para afeitar, productos bucales, perfumes etc.
De esta planta recolectaremos sus hojas, que las utilizaremos tanto verdes como secas si queremos almacenarlas para disponer de ellas durante todo el año.
Una de las propiedades de la menta se enmarca en la aromaterapia y se emplea como estimulante por un supuesto efecto energizante por la parte emocional.
Pero su uso más habitual es en condimento en ensaladas y por supuesto en bebidas como mojitos, té de menta, etc.